Le Labo

Nacimos en Grasse y crecimos en la ciudad de Nueva York:

Grasse: la capital mundial de la perfumería más establecida. Un lugar bucólico en el sur de Francia, lleno de campos fragantes, donde Le Labo fue soñado por primera vez.

Nueva York: el epítome de la vida urbana y acelerada, y un lugar que prospera con ideas poco convencionales; aquí es donde abrimos nuestro primer laboratorio artesanal en 2006 en el  vecindario de Nolita.

En esa (en aquel entonces) calle tranquila y sin asumir (233 Elizabeth Street, para ser precisos), construimos un taller con el objetivo de revelar el detrás de escena de la fabricación de perfumes. Mezclar y ensamblar a mano cada una de nuestras fragancias, una a la vez y frente a nuestros clientes, volvimos a las raíces casi olvidadas de la perfumería más lenta. Nos llamaríamos Le Labo, que significa “el laboratorio” en francés. 

El núcleo de nuestra colección son nuestros  perfumes  y velas sin género, pero también ofrecemos fórmulas sensoriales para el cuerpo,  el cabello y el rostro,  así como una línea de aseo.