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Nuestra fundadora

La Sra. Estée Lauder, nuestra fundadora, fue una emprendedora visionaria que desafió el statu quo y demostró que todo era posible. Estée comenzó su negocio con solo un puñado de productos, pero con su mezcla característica de perseverancia y creatividad, construyó un negocio de éxito y cambió el rostro de la industria de la belleza para siempre.

Nunca soñé con el éxito.
Trabajé para llegar a él.

—Sra. Estée Lauder

Los primeros años

Sra. Estée Lauder

Nacida como Josephine Esther Mentzer en 1908, Estée Lauder fue criada en Queens, Nueva York, por su madre Rose, que había nacido en Sátoraljaújhely, Hungría, y su padre Max, que había nacido en Pressburg (actualmente Bratislava, Eslovaquia). El nombre de Estée es una variación de su sobrenombre de la infancia, Esty.

Estée comenzó a interesarse por la belleza cuando era niña, cuando su tío, un químico, fue a vivir con su familia. Se dedicaba a crear suaves cremas caseras para la piel, primero en la cocina y después en un establo detrás de la casa familiar, que convirtieron en un laboratorio. Estée aprendió de su tío a formular cremas para la piel y a aplicarlas con maestría sobre la piel.

A finales de la década de 1920, Estée conoció a Joseph Lauter. Después de casarse en 1930 y mudarse a Manhattan, la pareja adoptó el apellido Lauder, corrigiendo un error ortográfico que se remontaba a la época en que el padre de Joseph emigró de Austria a Estados Unidos.

Estée comenzó vendiendo productos para el cuidado de la piel y maquillaje en salones de belleza, demostrando sus productos a las mujeres mientras se sentaban bajo los secadores de cabello. En 1946, ella y Joseph lanzaron oficialmente la empresa, y un año después recibieron su primer pedido importante de productos por valor de 800 dólares para Saks Fifth Avenue.

Nunca debes subestimar los deseos
de ninguna mujer por ser bella.

—Sra. Estée Lauder

Sra. Estée Lauder

Una emprendedora de nacimiento

Estée tenía un instinto innato para saber lo que querían las mujeres. La consumada vendedora y comerciante creía que para hacer una venta era necesario explicar los productos a la clienta y mostrarle los resultados en su propia piel. Este fue el comienzo de la tradición de servicios excepcionales de la empresa.

Estée aprovechó el poder de la publicidad "boca a boca", viviendo según el lema "teléfono, telégrafo, cuéntaselo a una mujer". Ella entregaba a las clientas una muestra gratuita cuando compraban un producto Estée Lauder, ayudando a establecer la idea del “regalo con la compra” como una práctica estándar de la industria de la belleza y, a menudo, era posible encontrarla en un mostrador de belleza repartiendo muestras personalmente.

Estée asistió a casi todas y cada una de las aperturas de nuevas tiendas y alargaba su estancia allí durante una semana para instruir a sus asesoras de belleza en técnicas de venta y presentación de productos. Siempre elegante y bien vestida, cruzaba el país para reunirse con compradores y editores de revistas de belleza, y era la personificación de todo un departamento de investigación, siempre deseosa de hablar con las consumidoras. Incluso eligió el color turquesa pálido para los tarros de la marca, ya que pensaba que transmitía una sensación de lujo, además de combinar bien con la decoración de cualquier sala de baño.

Ampliando los límites de la belleza 

Hasta la década de 1950, la mayoría de las mujeres estadounidenses guardaban fragancias para ocasiones especiales y esperaban recibir un perfume como regalo de cumpleaños o aniversario. Pero Estée deseaba encontrar una manera para que las mujeres compraran sus propios perfumes, por lo que en 1953 creó Youth-Dew, el famoso aceite de baño de la marca que también perfumaba la piel. Con su embriagadora mezcla de rosa, jazmín, vetiver y pachulí, Youth-Dew tuvo un rotundo éxito en la industria de la belleza y llevó a cambiar la forma en que se vendían las fragancias, transformando esta empresa que daba sus primeros pasos en un negocio multimillonario.

Estée, en su empeño de desafiar el statu quo, pronto se dio cuenta de las posibilidades que tenía por delante su marca homónima. Supervisó la creación de otras cinco nuevas marcas ―Aramis, Clinique, Prescriptives, Lab Series y Origins― y siempre insistía en que los productos de la empresa tenían que fabricarse con ingredientes de alta calidad.

Nadie ha tenido nunca éxito sin arriesgarse… Hay que ser capaz de reconocer el momento y aprovecharlo sin demora.

—Sra. Estée Lauder

Un icono norteamericano

Estée era sin duda la emprendedora norteamericana por excelencia que seguía el ritmo de la cultura de su época, que también contribuyó a definir. A mediados del siglo XX, la ciudad de Nueva York se convirtió en el centro mundial del arte y la innovación, y ella se inspiró en su cultura sofisticada y vibrante.

Como empresaria visionaria, Estée fue galardonada con numerosos premios durante toda su carrera. Uno de los hitos de su vida fue recibir la condecoración de la Legión de Honor francesa. También apoyó numerosos programas culturales y sociales, así como otras causas benéficas, incluida la restauración del Palacio de Versalles y la construcción de varios parques infantiles en el parque Central Park de Nueva York.

Para Estée, la única cosa más importante que la empresa era su familia y se mostró encantada cuando sus hijos y nietos se unieron al negocio. Estée se jubiló en 1995 y falleció en el año 2004.

Un legado duradero

Sra. Estée Lauder

Hoy en día, las Empresas Estée Lauder albergan una vibrante cartera mundial de marcas y proporcionan empleo a más de 60,000 personas en todo el mundo. Incluso después de más de 75 años en el negocio, las Empresas Estée Lauder transmiten los valores atemporales que encarnó Estée: respeto por el individuo, integridad, generosidad de espíritu, persistencia audaz y los más altos estándares estéticos.

Nos esforzamos por honrar a nuestra fundadora innovadora promoviendo posibilidades para mujeres de todo el mundo, ya sea dentro de nuestra familia como en las comunidades en las que estamos presentes. La creatividad, la resiliencia y el espíritu desafiante de Estée Lauder nos inspiran todos los días.

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